
Cuando nos referimos a liderazgo el término contempla la influencia que alguien es capaz de ejercer sobre las personas, en base a la cual se sienten incentivados, con entusiasmo, compromiso y sentido de la responsabilidad respecto al logro de un objetivo. Todo líder ha de ser capaz de establecer aquellas metas que están alineadas con los intereses, necesidades y expectativas de sus colaboradores/ empleados, de tal forma que dichas metas se convierten en motivadoras y provocan que se desee trabajar para alcanzarlas. Para dirigir un equipo el líder ha de tomar consciencia de la importancia que tiene el saber a dónde conviene llevarlo. En el caso de que no exista una meta y que no sea descrita y transmitida con claridad, será complicado dosificar y orientar esfuerzos hacia resultados provechosos y productivos.
También se ha de tener presente que las metas que se establezcan sean congruentes con las capacidades del grupo de personas al que se lidera.
Un liderazgo eficaz pasa por ser inspirador para las personas a las que se lidera, también implica que la persona que lo ejerce tiene la capacidad suficiente para identificar cuál es la mejor alternativa a la hora de tomar decisiones.
En un entorno profesional es muy importante el reconocimiento que se hace al líder en cuanto a su autoridad dentro de su equipo de colaboradores. También para ejercer un liderazgo influyente se ha de tener una buena capacidad de comunicación, basada en la habilidad para saber expresar claramente las ideas que necesita transmitir a sus colaboradores, utilizando los mecanismos adecuados para asegurarse de que son escuchadas y entendidas, así como también saber escuchar y tener presente lo que cada uno de ellos piensa, para comprender mejor sus actitudes y los comportamientos que de ellas se derivan.
Otra característica fundamental de un líder es tener inteligencia emocional, entendiendo esta como la habilidad que ha de estar presente en toda persona que lidere equipos de trabajo para saber gestionar sus propias emociones y los sentimientos que las acompañan, así como también la gestión de sentimientos y emociones de sus colaboradores.
El líder ha de saber discriminar qué emoción está emergiendo en cada momento y utilizar dicha información para guiar el pensamiento y la acción. Todo líder que se precie es conocedor de que los sentimientos mueven a las personas, por lo que sin inteligencia emocional no se puede liderar.
El coaching es una herramienta clave que sirve para generar cambios positivos mediante una metodología que ayuda a desarrollar el potencial del líder y puede permitirle detectar brechas y de esta forma, desarrollarlas y reforzarlas, logrando así una gestión altamente efectiva de su inteligencia emocional aplicada al liderazgo de sus equipos de trabajo.
Os recomendamos para cualquier proceso de coaching orientado a trabajar herramientas de liderazgo emocional con vuestros coachees el acompañamiento de una supervisión que os ayude a revisar el avance efectivo del proceso.
Mercedes Moreno Moreno, autora
4hara®
Marcela S. Pereyra Rojas, Aldo Javier Prizmic Kuzmica