En supervisión, en la mayoría de los casos el coachee es un tercero que está presente desde la ausencia. “En la mayoría” porque hay supervisiones que no están motivadas específicamente en algo que sucede en el vínculo coach-coachee, o con un coachee dado (o en un coachee en particular). De todos modos, se podría afirmar que el coachee es la figura que, durante el proceso de coaching o después del mismo, con sus propias luces y sombras personales alumbra, aviva las necesidades del coach, sus zonas oscuras o menos reconocidas y que requieren ajustes.
Es decir, la figura del coachee, no necesariamente un coachee en particular, es el motivo eventualmente originario que moviliza al Coach para buscar una supervisión. Por un lado, es quien quiere alcanzar un logro y en esa tarea una historia le acompaña, vive experiencias, le suceden vicisitudes o puede tener conductas conscientes e inconscientes no favorecedoras de un desarrollo fluido del proceso de coaching en pos de ese objetivo y, en cambio, facilitan la aparición de bloqueos, postergaciones o desviaciones. Por otro, es el otro en el que el coach puede verse reflejado e interrogarse. Cuando el coach toma consciencia de que algo fuera de su actual alcance está ocurriendo, sabe que una ayuda profesional para ampliar la visión sobre la situación es muy conveniente.
Esta atención que el coach se requiere para sí mismo puede ser promovida por la necesidad de un nuevo conocimiento -como tal, o conocimiento de una nueva práctica, herramienta, técnica-, es decir, de una aptitud. También puede ser inducida por la insuficiencia o carencia de una actitud. En cualquier caso, se está evidenciando una falta y el coach toma consciencia de ello.
Con esto, y como “el que busca, encuentra”, el coach recurre a una supervisión, con mayor o menor presencia consciente de la participación que tiene la figura del coachee en esta posibilidad de mejora, de aprendizaje.
¿El o la coachee es consciente de que promueve esto en el coach, al que le supone un saber en un ejercicio profesional? Es altamente probable que la respuesta sea no. Igualmente, sí es conveniente que el coach siempre agradezca al coachee -en este caso no a la figura del coachee– con un alcance que, al menos en su interior, reconozca esta oportunidad que se da.
En 4hara®, desde nuestros Valores, trabajamos para que así sea en cada supervisión.
Aldo Javier Prizmic Kuzmica, autor
4hara®
Marcela S. Pereyra Rojas, Mercedes Moreno Moreno